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El universo es finito. Así lo propone la última teoría sobre el origen del universo de Stephen Hawking, que fue desarrollada en conjunto con el profesor Thomas Hertog de la Universidad KU Leuven y fue publicada esta semana por el Journal of High Energy Physics (JHEP).

La teoría fue aceptada para su publicación a comienzos de marzo, semanas antes de la muerte del científico. La investigación fue anunciada en julio pasado en la conferencia de Cambrigde con motivo de la celebración de los 75 años de Hawking. 

Según consigna El País, la teoría publicada por Hawking y Hertog afirma que la expansión infinita es errónea y es más simple de lo que establecen los estudios actuales sobre el Bing Bang.

“El problema habitual con esta teoría es que asume la existencia de un universo de fondo que evoluciona de acuerdo a la teoría general de la relatividad de Einstein y trata los efectos cuánticos como pequeñas fluctuaciones a su alrededor. Sin embargo, la dinámica de la expansión eterna barre la separación entre la física cuántica y la clásica”, afirmó Hertog en una nota difundida por European Research Council (ERC).

Además,  la publicación detalló, “predecimos que nuestro universo, a gran escala, es razonablemente liso y globalmente finito. Así que no es una estructura fractal”.

Según esta tesis, la parte observable de nuestro universo es una mínima porción donde el proceso ha terminado y se han formado estrellas y galaxias.

“Nuestros hallazgos implican una significativa reducción del multiverso a una categoría mucho más pequeña de posibles universos”, concluye la investigación.

En una entrevista el año pasado por ERC, Stephen Hawking aseguró que “las leyes de la física y la química pueden ser diferentes entre un universo y otro que, juntos, forman un multiverso. Pero nunca he sido un defensor del multiverso. Si la escala de los diferentes universos en el multiverso es grande o infinita, no se puede probar”.

Si los datos de esta teoría se confirman con nuevas investigaciones, los resultados tendrían implicancias para el paradigma del multiverso, ese del que nunca estuvo convencido Stephen Hawking.

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