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(CNN Español) – Madrid es la más reciente ciudad en confrontar el turismo excesivo. La capital de España se mueve para frenar drásticamente las listas de Airbnb y de viviendas compartidas disponibles en el destino.

El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, José Manuel Calvo, anunció la propuesta de regulación la semana pasada con el objetivo de tomar medidas por el turismo masivo.

Las nuevas regulaciones son en respuesta a que los lugareños temen ser excluidos de sus propios barrios.

Funcionarios en otros destinos en España, incluyendo Valencia y Mallorca (así como Venecia, en Italia), han implementado medidas drásticas para controlar el turismo masivo e incentivar las vacaciones responsables.

Las normas propuestas en Madrid evitarán que los apartamentos se alquilen a los turistas durante más de 90 días del año, y los bloques de apartamentos enteros ya no podrán ser exclusivos para visitantes, a menos que el edificio tenga licencia de hotel.

Las restricciones en Madrid serán de diferente aplicación según la zona de la ciudad. Cuanto más en el centro, mayor cantidad de normativas.

Los Airbnbs en la zona centro de la ciudad necesitarán una entrada designada a la calle, independiente de la entrada utilizada por los residentes permanentes del edificio.

Esta medida eliminará la mayoría de los apartamentos que ahora mismo son usados para alquileres vacacionales en la ciudad y marcarán un cambio drástico en el área.

La ciudad informa que 23 veces más turistas duermen en el centro de Madrid que en los otros 20 distritos de la ciudad juntos.

Habitación sin vistas

Al mismo tiempo, en Valencia, en la costa sureste de España, los funcionarios han propuesto nuevas restricciones que limitan el alquiler de vacaciones privadas por encima del primer piso.

¿El resultado? No más habitaciones con vistas. En lugar de dormir con imágenes panorámicas del Mediterráneo, probablemente tus vistas sean a aparcamientos.

En la Ciutat Vella, el centro histórico de Valencia, no se permitirán nuevos alquileres.

A principios de año, la capital de la isla de Mallorca, Palma, emitió una prohibición concreta de los apartamentos que sirven como alquileres de vacaciones privadas.

“El intercambio de viviendas en Airbnb está ayudando a las familias locales a pagar sus viviendas y el aumento de los costos de vida, al tiempo que impulsa la economía local”, dijo Airbnb a CNN Travel en un comunicado.

“Es parte de la solución a las preocupaciones locales de vivienda en las ciudades, y está ayudando a poner los euros del turismo en los bolsillos de las familias locales, no solo a los grupos de hoteles ricos”.

Airbnb se mantiene firme en que “Airbnb no tiene un impacto significativo en la vivienda en Madrid”.

En un informe reciente, Airbnb concluyó que “toda la lista de viviendas reservadas más de 90 noches en 2017 representaba solo el 0,3% del total de viviendas en Madrid”.

La compañía dijo que tenían la intención de continuar teniendo “conversaciones positivas” con Madrid y Valencia sobre el futuro de Airbnb en esos destinos.

Apunta a los cambios recientes en Berlín, donde anularon las reglas previamente estrictas para permitir el alquiler de apartamentos a corto plazo.

Un problema en desarrollo

El problema del turismo masivo se extiende más allá de Airbnb.

En Mallorca, los activistas también han hecho llamados por imponer una tarifa a los pasajeros de cruceros y un límite de dos cruceros al día.

Al mismo tiempo, Venecia, que ha sido sin quererlo el mayor exponente del macroturismo, llegó con un nuevo plan para gestionar las gigantescas masas de personas durante el fin de semana del 1 de mayo: segregar a los locales de los turistas.

Las regulaciones temporales introducidas tenían por objetivo gestionar el tráfico a pie y en el agua, separando a las multitudes de los locales.

Soluciones alternativas

Los defensores dicen que la mejor manera de resolver el problema del turismo masivo es escuchar a la gente local, a los turistas y a los funcionarios, para alentar el diálogo abierto.

“Es bueno ver que los destinos finalmente escuchan a los residentes y toman más control sobre cómo se desarrolla la industria turística, trabajando para evitar el turismo masivo”, explica Justin Francis, presidente ejecutivo y fundador deResponsible Travel, una autoproclamada compañía de viajes activista, a CNN Travel.

“Airbnb ha sido en cierto modo un cáliz envenenado para muchos destinos turísticos de todo el mundo”, dice Francis.

“Al principio, parecía una herramienta de esperanza para empoderar a la población local: abrir el mercado de alojamiento, crear bolsas de oportunidades en las comunidades y difundir los beneficios mucho más allá de las grandes corporaciones hoteleras”, afirma Francis..

“Se construyó a sí mismo como un negocio disruptivo, pero no creo que hubiéramos imaginado que sería tan perturbador para la gente local como lo ha sido”, añade.

Francis elogia la decisión de escuchar a los residentes en Valencia y Madrid, y aboga por un nuevo enfoque, basado en la comunicación.

“Si ha de haber un futuro responsable para el turismo en estas ciudades, entonces tenemos que poner fin a la mentalidad de ‘crecimiento a toda costa’ y empezar a medir el éxito del turismo mediante el uso de otros indicadores que se basan mucho más firmemente en torno a los beneficios para las comunidades locales”.

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